De: lasegundasesposas@yahoogroups.com en nombre de Xxxxxx [xxxxxxx@yahoo.es]
Enviado: sábado, 21 de octubre de 2006 10:22
Para: lasegundasesposas@yahoogroups.com
Asunto: RE: [2ª esposas] Resumen nº 98
El problema que tenemos las segundas esposas es siempre el mismo: nuestra situación personal depende de los jueces y sus decisiones (personas absolutamente ajenas a nuestras vidas y nuestros sentimientos. Es más: personas en general ajenas a las vidas y sentimientos de cualquiera que no sean ellos mismos, según lo que se puede comprobar por lo que leemos los ciudadanos diariamente en la prensa) y nuestra situación emocional depende de las reacciones de nuestros maridos a las preovocaciones de sus ex-familias (personas ajenas a veces a nuestras demandas) (el amor no siempre es eterno, no siempre es todopoderoso, no siempre es todo rosa), mientras nosotras mismas tenemos también nuestras ex-familias muchas veces, nuestros trabajos casi siempre (porque no trabajar es privilegio, en un porcentaje muy elevado, de la primera, pero no de la segunda esposa; como ver sus gastos cubiertos lo es también para la primera y su hijo, pero no para el hijo que tengamos nosotras con nuestro marido; el cual, si no tiene para dentista, se fastidia, porque el primero, de la primera, tendrá su dentista, mandado por juez: al tuyo que le zurzan y se le pudra el diente: o trabaja tú más horas que me dicen a mí..)
A veces, a las segundas esposas, nos bastaría con que nuestro marido nos abrazase tan fuerte que nos rompiese los huesos y nos dijese "nunca más, nunca más volverás a ver a ese monstruo con quien me casé antes que contigo venir a TU casa, romper TU casa, amenazarTE con un cuchillo, a pegarTE  (16 denuncias son suficientes para que el pánico te impida salir a la calle?), insultarTE, amenazar a TU HIJO..." incluso te gustaría oir que es capaz de  "Nunca más volverá a hacerte esto" . (violencia de género)???? Eso es violencia de género??? Eso es legítima defensa. Siempre lo ha sido. Hasta que han llegado leyes en que, cuando el agresor es una mujer y quien se defiende es un hombre, resulta ser violencia de género y, por tanto, la víctima acaba en la cárcel y la agresora, elevada a santa.
Esto no es odio. Es DEFENSA. De tu casa, de tu vida, de tus hijos. Cuando ni jueces, ni leyes, ni diputados hacen nada por proteger a tu familia sinó que  incluso elaboran leyes, grupos de poder (institutos de la mujer, etc.)  que ayudan a tu agresora contra ti.
Sus hijos: sus hijos crecen. No es verdad que comprendan y no sean manipulables. Si con 4 años comprenden, con 16 comprenden mucho mejor. Pero se venden. Tienen un precio. Y el precio es muy bajo. Dinero. Quien tiene la pasta es la madre. QUe se la saca al padre. Y por tanto, se quedan con la madre. Sacándole al padre, por el método que sea, (por las buenas o por las malas, toda la pasta que pueden).
Y mientras, quienes estamos prisioneras de los vaivenes emocionales de nuestros maridos, somos nosotras. Intentando equiparar a NUESTROS  hijos con aquellos hijos (hablo de los manipuladores). Pues NO. Un hijo no lo es por haber nacido del espermatozoide de mi marido. Y si su cercanía a mi familia representa un peligro para mi hijo, mi marido o yo misma, lo quiero lejos de mi familia. De cualesquiera de sus miembros. Y si resulta ser hijo de mi marido, mi marido tiene un  problema, porque empecé teniéndolo yo por culpa de su hijo, pero mi hijo y yo vamos a dejar de tenerlo por culpa de mi marido.
Así de sencillo. Creo que las segundas esposas estamos derivando hacia posiciones de victimismo asumido en el altar del amor que no quiero aceptar personalmente.
A la lucha en juzgados y grupos de padres, siempre he pensado que la actitud individual de nuestras parejas influye muchísimo en cómo vivimos nuestra situación de agresiones, etc. de las mantenidas que tenemos. De nuestra ruina económica y moral. De la batalla personal y pública por mantener nuestra dignidad. Y ahí es donde observo que anteponemos la imagen de nuestro compañero. "Pobre". Pues no.  Pobres nosotras, que lo hacemos por amor. (Claro que el amor puede variar de objetivo) .Pero no nos convirtamos en  víctimas.
Y no es verdad que ellos no puedan hacer otra cosa.Pequeños cambios en las respuestas privadas cambian a veces grandes cosas.
Un reajuste interno de la conducta precede a veces un reajuste público.
A veces, reflexiono, a las segundas esposas, nos sobra algo. Amor por otro que no seamos nosotras mismas y nuestros hijos.
 
Xxxxxx